Yo cursé la escuela secundaría en un industrial. En esa época, hace muchos años, las chicas no iban a colegios técnicos. Por
esa razón era la única mujer.
En 4to. ó 5to. año tuve una
materia que se llamaba Organización Industrial. La dictaba un profesor muy
particular. Bien gordito, bajo de estatura, morocho, cara redonda regordeta y
rulitos negros, para completar usaba anteojos oscuros que tenían unos vidrios con
muchos círculos concéntricos, o sea de
mucho aumento.
Este profesor se hizo
muy amigo de los muchachos, es decir de mis compañeros. Era bromista, alegre y además
explicaba muy bien su materia. A veces organizaba salidas con los alumnos.
En esos paseos, yo, por ser la única mujer del curso, no
participaba.
El profesor conmigo no
sabía muy bien cómo manejarse, ni por donde abordarme. Yo notaba que deseaba acercarse de alguna forma y que tal vez me veía un poco sola, pero reconozco
que no le daba mucha oportunidad de
hacerlo, porque mi actitud era un tanto arisca.
En esa época vivía con mi familia en “El Palomar” y tomaba
todos los días el Ferrocarril San Martín, de ida y de vuelta.
Una vez regresando a mi
casa, nos encontramos el profesor y yo, en el tren. Comenzamos a charlar. Bahh…
el que charlaba era él y yo asentía o largaba algún monosílabo. Me contó que su novia vivía en Caseros, una
estación antes que la mía. Me preguntó así como al pasar, si me gustaba leer, le
respondí que sí. Investigó qué tipo de lectura prefería y cuando faltaba poco
para llegar a Caseros, me dijo:
─ ¿Leíste alguna vez algo de Mitología?
─ No, nunca.
─ ¿Te gustaría leer algo?
─ ¿Te gustaría leer algo?
─ Y no
sé...bueno ─ contesté no muy convencida.
─ Te voy a
traer un libro para que empieces.
─ Bueno, gracias
─ respondí sin nada de entusiasmo pero como para
dejarlo contento.
Mientras pensaba: Qué se va a acordar del
libro… por suerte, pronto se va a
olvidar de este tema.
Al otro día apareció con
un libro ¡gordísimo! Y me dijo:
─ Te traje éste para que empieces, se llama “El Vellocino de Oro”. Y empezó a
explicarme de qué trataba. Mientras él hablaba yo pensaba: ¡Uff… que terrible libraco!
Voy a tardar meses en leerlo, pero si no
lo leo se va a ofender... ¡Que lío!...
Ese día a la noche cuando
me acosté, comencé a hojearlo para darle
un vistazo. A medida que pasaba las primeras hojas me empezó a entusiasmar y me
iba atrapando cada vez más. Estaba tan entretenida, que en un momento miré el reloj y eran las 4 de la mañana. Tenía que
levantarme a las 6.
Los siguientes días a
causa de ese libro, mi vida se
descalabró. En vez de estudiar como hacía siempre durante el viaje en tren,
leía a los Argonautas que iban tras el Vellocino.
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Jasón y el vellocino |
Durante las
comidas, seguía leyendo pese a
los retos de mi madre. No estudiaba, no hacía las tareas, me quedaba hasta
tarde y casi sin dormir, porque además consultaba con la enciclopedia para ir
viendo todos los detalles. ¡¡Me encantó, me deslumbró!!
Llegaba a la mañana al colegio y lo primero que hacía era buscar al profesor para hacerle preguntas sobre lo que había leído y no podía creer lo que este hombre sabía. Sobre todo me asombraba que siendo profesor de una materia tan técnica como Organización Industrial, tuviera estos conocimientos.
Llegaba a la mañana al colegio y lo primero que hacía era buscar al profesor para hacerle preguntas sobre lo que había leído y no podía creer lo que este hombre sabía. Sobre todo me asombraba que siendo profesor de una materia tan técnica como Organización Industrial, tuviera estos conocimientos.
Me fue pasando más
libros y de la indiferencia que sentía
por este profesor, pasé a adorarlo. Es
uno de los recuerdos más hermosos que tengo de mi adolescencia.
Tanto influyó ese libro en
mí, que durante muchos años seguí leyendo y averiguando más de Mitología.
Hace unos años cuando una
de mis hijas estaba estudiando Teatro Griego, corrí a comprarle del mismo autor,
de Robert Graves, el libro sobre Mitos
Griegos.
Creo que mi profesor nunca se debe haber enterado hasta que punto
influyó en mí, puesto que mucho después organicé un viaje con mi
marido, para ir a conocer Grecia. Y les
aseguro que mientras recorría los increíbles lugares de ese país y visitaba los
lugares históricos... me acordaba tanto
de mi querido profesor…
Gely
Datos:
El
vellocino de oro - Jasón y los argonautas
Una de las aventuras más conocidas de la mitología clásica fue la
que emprendieron, bajo la comandancia de Jasón, un grupo de jóvenes a los que
se conoció como "los argonautas", cuya expedición en busca del
vellocino de oro fue relatada una y otra vez en el mundo antiguo.
Para conseguir que Jasón se convirtiera en rey de Yolcos, su tío
le ordenó buscar las cenizas de Frixo, un antepasado asesinado en la Cólquide , en donde
también encontraría el vellocino de oro; así fue como Jasón mandó construir un
barco, el Argos, en el que se embarcó junto a sus amigos, tras hacer un
sacrificio a Apolo, para conseguir su protección.
Viéndolo a la distancia, puede ser que lo tuyo, al ingresar al CUBA, fue algo así como la versión femenina de Ulises pero que al final sucumbe ante el canto de Marcelo?. Si no recuerdo mal, en los recreos te quedabas en el banco como si estuvieras atada a el, pese a que los que te rodeábamos más que Sirenas parecíamos Silenos.
ResponderEliminarJa..ja. ¿En serio? Ya no me acuerdo, fue hace tanto tiempo.... Pero vos sabes quién era el profesor...
EliminarComo se llamaba el profe...?
ResponderEliminarTengo nombres muy marcados en la memoria y lagunas caras sin nombre pero de este no me acuerdo.
ResponderEliminaralgunas
ResponderEliminarDaniel, te lo digo por correo privado, vale?
ResponderEliminarHermosa historia y tu profesor se hizo querer mucho al final. Esa gente que va por la vida tocando nuestros puntos sensibles se hacen simplemente inolvidables, creo que en el fondo el bien sabe lo que influyó en vos.
ResponderEliminarBeso muy grande Gely
Es cierto Silvia, son inolvidables. Lamentablemente murió ya hace varios años pero lo llevo siempre en mi recuerdo. Un abrazo grande!
EliminarYo comencé a escribir gracias a mi profesor de literatura ... Es uno de esos regalos invisibles cuyo alcance no llegas a entender hasta que pasa el tiempo y lees impresiones de hace algún tiempo con perspectiva.
ResponderEliminarUn abrazo de luz ✴
Es verdad y gracias por pasarteor mi blog!!
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